pueblo que espanta sus males,
por eso a Cádiz le salen
los males por la garganta.
Y así nunca se atraganta, ay!
con sus pecados mortales
y al llegar los carnavales
mi pueblo hace una banda.
Banda sin más generales
que sus mil chirigoteros.
Los capitanes veneno,
venenos de nuestra sangre.
Veneno que de la mano
atrapa los corazones
y los convierte en pasiones,
orgullos del gaditano.
Dicen que pueblo que canta,
pueblo que espanta sus males,
por eso a Cádiz le sale
los males por la garganta,
y hace una banda,
que es esta banda de carnavales.
Capitán, corazón,
corazón, capitán.
¡Ay, veneno!
Me robastes el alma
y rebujaste en mi piel
lo malo con lo bueno.
Y conseguiste al final
que loco me enamorara
de una mujer especial.
Que en casa la llamaban Cádiz
y en la calle la llamaban
¡ay!, la Tacita de Plata.
Tú me elegiste a la suerte y yo también,
maldita fueron las ganas de los dos.
Que por tu culpa ya no sé lo que es el bien
y no distingo los cariños del dolor,
¡ay! pero ya,
como estoy preso en la cárcel de tu amor
y este veneno que tengo es inmortal,
no voy a quedarme si ti por carnaval.
no voy a quedarme si ti por carnaval.
no voy a quedarme si ti por carnaval.
Si caminito del Falla
el corazón te palpita
de esa manera canalla,
que rompe y estalla
igual que un cañón.
Es que mil cosas bonitas
van a pasarte esta noche.
Sentirás que por fin
a tu puerta otra vez han llamado los dioses.
Te lo digo paisano porque yo viví una noche de esas,
no quedaban más gritos que el de nuestras manos llamando a la suerte,
ni más miedos que ver como a cada mujer le temblaban las piernas.
Abra ese telón,
que la función ya no se puede alargar más,
que ya no queda libre un palco ni rincón,
que está acabando con nosotros la Final.
Abra ese telón,
que el corazón me está volviendo a palpitar,
que no me acuerdo ya de la presentación
ni de los dos cuplés que vamos a cantar.
Y entre las negras y calientes
bambalinas, cuando gritan campeones,
por quince los corazones,
sus latidos multiplican.
Y mira si lo que te acabo de contar
fue más bonito y más tremendo
que ganar esa final
y más divino y celestial
¡ay, queridísmo paisano!
Que loquito de envidia,
hasta Dios esa noche volvió a hacerse hombre
por ser gaditano.
Cuando los ojos abría
con dieciséis primaveras
yo ya en el fondo sabía
que no estudiaría carreras ni na.
Carreras las que me daba
para amarrarme las botas
antes que mi mama
preguntara que cuando me daban las notas.
Luego iba a mirar
el termómetro 0 de mis sentimientos,
la mochila estallaba de apuntes y libros malditas las ganas,
voy tan solo pa. Ver si esa niña me quiere como yo la quiero.
A clase de inglés,
fui solamente para decirle "you me love"
a religión no fui con ella entiéndanme
y de arte me echaban por culpa del amor.
Clases otra vez
y de Aristóteles decía la verdad,
que la república no se ni cuando fue,
y yo te quiero no es sintagma nominal.
Solo aprendí a trompicones
que de una manera extraña
fueron los reyes de España,
una mancha de Borbones.
Y también aprendí
que en esta sociedad era de tonto estudiar
y malgastar la juventud.
Hasta que ya le dije,
"tu haz lo que quieras con tu tiempo"
cuando salgas de clase
te espero en mi calle que allí ya te
seguiré queriendo.
oleeee aiiiii¡¡ajjaja pa que vea que te he hecho una visita jaja¡¡
ResponderEliminarjajaja yo seguire sin visitarte !! no es cuestion de honor, es algo personal jajaja es broma, ya te visitare christophercva17.blogspot.com
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